Todos experimentamos el ajetreo del día a día y muchas veces descuidamos nuestra piel. El primer lugar donde este abandono se nota es el rostro; allí, el cutis precisa de un cuidado especial y para crear una rutina de cuidado facial personalizada es necesario conocer el tipo de piel que tenemos y cuáles son los mejores productos para su cuidado. En este artículo vamos a contarte sobre esto y mucho más. También te daremos las herramientas para que lleves el cuidado de tu piel a otro nivel.
Crea tu rutina de cuidado facial personalizada
Pasos esenciales
Cuando hablamos de la rutina de cuidado para el rostro, existen tres pasos que son primordiales: limpiar, tonificar e hidratar. Pueden agregarse otros, pero ahora nos enfocaremos en los tres básicos.
- Para limpiar el rostro es recomendable utilizar agua micelar, espumas o aceites; esto dependerá de cada piel. Debemos evitar el uso de toallitas desmaquillantes que por cierto no son muy ecológicas y evitar los productos que nos dejen el rostro tirante. Lo ideal es hacerlo dos veces al día: por la mañana, para quitar el exceso de sebo que se produce luego de una noche de descanso, y antes de ir a dormir para eliminar las impurezas. En caso de que queden restos maquillaje, primero debemos quitarlo con un producto desmaquillante y luego limpiar bien el rostro.
- Muchas veces olvidamos que tonificar es una parte importante de la rutina facial. Este paso contribuye a reducir el tamaño de los poros, equilibrar nuestro pH cutáneo y, gracias a su consistencia líquida que penetra en la piel con rapidez, la prepara para que absorba mejor el resto de los productos. Podemos utilizar pads reutilizables para aplicarlo en el rostro.
- Hidratar es el tercer paso fundamental en esta rutina. La humedad que le proveemos a la piel ayuda a que mantenga su elasticidad y evita que pierda agua y se deshidrate. Es igual de importante utilizar hidratantes que atiendan las necesidades de nuestra piel. Podemos usar geles o lociones ligeras en el verano y cremas de consistencia más densa en invierno, cuando la piel precisa de más cuidados.
Existe un motivo para seguir este orden. Es necesario utilizar los productos más ligeros en el inicio y luego los que poseen una consistencia más densa, ya que, de lo contrario estos últimos podrían no permitir la penetración de los primeros y evitan que cumplan su función.
Pasos complementarios
Si bien los puntos anteriores son esenciales para el cuidado de la piel, no son los únicos. Existen otros que podemos añadir y así profundizar en esta rutina de cuidado.
Protección solar: este paso se considera necesario en la actualidad y son muchos los que ya lo han incluido en su rutina. Sea que este nublado, llueva o salga el sol es preciso cuidar nuestra piel de los rayos UV. Para el rostro, es mejor usar factor 50 FPS y elegir fórmulas ligeras. También existen cremas hidratantes que contienen protección solar pero solo con ellas no basta, lo ideal es adicionar un producto especifico de protección solar. Con el uso de estos cosméticos no solo protegemos nuestra piel, sino que, además, podemos evitar su envejecimiento prematuro y otras afecciones en la piel debido a la exposición solar.
Si bien siempre apostamos al uso de productos e ingredientes naturales, es preciso aclarar que no es recomendable elaborar tu propio protector solar, ya que requiere de procesos y medidas que son posibles solo en un laboratorio. Te sugiero leer esta nota haciendo clic aquí
Mascarillas: las hay para todos los tipos de piel y brindan múltiples soluciones. No se deben usar a diario, por eso se consideran un complemento. Se pueden utilizar de 1 a 3 veces por semana, siempre que sintamos que la piel lo precisa. Y en cuanto al orden dentro de la rutina esencial, depende del tipo de mascarilla: si se usa para un tratamiento, se aplica antes del tónico, pero si se trata de una mascarilla de hidratación, va luego de este. Descarga aquí una guía completa de mascarillas naturales para el cuidado de tu piel.
Tipos de pieles
Conocer cuál es tu tipo de piel es fundamental para poder cuidarla porque cada piel precisa de una de rutina particular. A continuación, vamos a contarte los tipos de piel que existen y lo mejor para cada una.
La piel normal es elástica y suave, posee una buena circulación, tiene poros pequeños, no es propensa a imperfecciones y no experimenta reacciones a los productos que se le aplican. De todas formas, es preciso llevar a cabo una rutina de cuidado facial regular.
La piel seca tiene un aspecto áspero y tirante, y esto puede deberse a una hidratación deficiente o a la falta de producción de grasa. Muchas veces, la temperatura ambiente también contribuye a la sequedad de la piel. Se debe evitar el uso de productos a base de alcohol y el contacto con agua muy caliente. Es recomendable el uso de sérums, cremas hidratantes y siempre protector solar.
La piel grasa puede deberse a cambios hormonales, alimentación, malos hábitos, estrés o a la genética. Se las identifica por tener poros abiertos, granitos, puntos negros y el brillo constante. A veces, cometemos el error de pensar que no precisa de hidratación, sin embargo, lo que necesita es hidratarse con productos de consistencia ligera. También se pueden incluir astringentes que equilibren la sobreproducción de grasa de la piel.
La piel mixta es una mezcla de las dos anteriores: posee un aspecto brilloso en la zona T, es decir, la frente, la nariz y mentón, y la piel de las mejillas puede ser normal o seca. Lo mejor para este tipo de piel es optar por productos ligeros, calmantes. Se recomienda el uso de agua tibia y evitar productos para piel grasa.
También podemos tener, en conjunto con algunas de las anteriores, la piel sensible, es decir, que se irrita, enrojece o pica con facilidad. Para este tipo de pieles es necesario evitar el uso de productos abrasivos y optar otros de consistencia ligera, utilizar protección solar y usar agua micelar como desmaquillante. Las mascarillas pueden ser un gran aliado a la hora de calmar este tipo de pieles.
Es necesario aclarar que cualquier cuidado de la piel está incompleto si no se lo acompaña con una buena alimentación, un estilo de vida sano y el conocimiento del clima del lugar que habitamos, entre otros. Todas están condiciones afectan de forma de directa en el cuidado que debemos proveerle a nuestra piel. Además, si decidimos utilizar productos naturales para realizar estas rutinas, podemos estar seguros de que pronto notaremos cambios en ella.
Las mascarillas: el plus de tu rutina facial
Si bien es un complemento para la rutina facial, no podemos ignorar que existe tanta variedad como tipos de piel. Aquí debajo te contaremos sobre algunas de ellas y sus beneficios.
Para la piel seca se precisan mascarillas que otorguen hidratación a la piel y que ayuden a retener el agua. Se puede utilizar aceite de karité, argán o plantas como el aloe vera, manzanilla o caléndula.
Para las pieles grasas podemos utilizar mascarillas que extraigan el aceite y residuos de la piel. Para la elaboración de estas mascarillas es frecuente el uso de aceite de jojoba, de pepita de uva o el uso de plantas como la lavanda, el laurel o la menta, entre otros.
En cuanto a la piel mixta debemos tener en cuenta sus dos características y optar por usar aceite de avellanas, lino o plantas de geranio o azahar en su elaboración.
En las pieles sensibles es beneficioso el uso de ingredientes que sirvan como calmantes, por ejemplo: el aloe vera, el árbol de té o aceite de coco o rosa mosqueta.
Ahora, ya sabes el paso a paso para crear tu rutina facial personalizada
y las razones para incluirla en tus hábitos.
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