Todos sabemos que nuestra piel, alrededor de los treinta, deja de renovarse con la misma rapidez. Si te dijera que existen ácidos de origen orgánico procedentes de frutas, plantas y otros alimentos que ayudan a mantener activo ese proceso de “descamación” que vuelve radiante a nuestra piel, ¿me creerías?
De hecho, existen y son los llamados Alfa HidroxiÁcidos o AHAs. Estos ácidos exfolian la piel, eliminan las células muertas y estimulan la formación de colágeno nuevo. Son comunes a la hora de tratar enfermedades dermatológicas como el acné, la hiperpigmentación, la piel seca, poros dilatados y cambios hormonales asociados al embarazo, entre otros.
Estos ácidos, cuando se utilizan en concentraciones bajas, aportan hidratación a la piel. En porcentajes mayores, actúan como exfoliantes mas o menos fuertes, por esto es preciso elegir tratamientos adecuados para tu piel. ¿Cómo? en primera medida te recomiendo que consultes con una profesional de la estética para que haga el diagnostico de tu piel y así puedas tratarla adecuadamente.
7 Alfa hidroxiácidos que deberías conocer
¿Qué eficacia tienen los AHAS?
Mientras menor sea su tamaño molecular, más fácil les será penetrar en la piel. Ahora bien, a menor pH presenta más eficacia, pero la piel tiene menos tolerancia. Si el pH es demasiado alto, los ácidos no penetrarán correctamente. Es recomendable que el pH sea inferior a 4 para evitar irritaciones.
En cuanto a su concentración, mientras mayor sea esta, más eficacia tendrá, pero la piel lo tolerará menos. La concentración recomendada no debe superar el 10% si se está comenzando a utilizar este tipo de productos.
Tipos de AHAs y sus beneficios
Ácido glicólico: el más conocido, se extrae de la caña de azúcar y es el que posee menor tamaño molecular, es decir, que penetra con más rapidez en las capas superiores de la piel. Es excelente a la hora eliminar manchas especialmente cuando se relacionan con la edad o la exposición al sol. Sus propiedades exfoliantes dejan a la piel con un tono más uniforme, sin dañarla en el proceso. Está indicado para todos los tipos de piel.
- Ácido azeláico: se obtiene del trigo, el centeno y la cebada, entre otras especies. Posee propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. Es frecuente su uso para mejorar el aspecto de manchas, tratar ciertos tipos de acné y reducir el enrojecimiento en pieles sensibles. También tiene propiedades anti seborreicas, ya que reduce el exceso de sebo en la piel. A pesar de utilizarse para exfoliar la piel, es suave y por esto es recomendable para todo tipo de pieles, incluso las sensibles.
- Ácido cítrico: se extrae de naranjas, limones y pomelos. Posee propiedades antioxidantes y antibacterianas y se suele utilizar para tratar el acné y para regular el pH. Su uso debe ser medido, ya que puede aumentar la sensibilidad de la piel al utilizarlo.
- Ácido málico: proviene de las manzanas. Este ácido ayuda a acelerar el metabolismo cutáneo y sirve como exfoliante solo cuando trabaja en conjunto con ácidos como el glicólico o láctico.
- Ácido mandélico: se obtiene de las almendras amargas. Tiene propiedades antimicrobianas y ayuda a proteger a la piel del acné. Combate la hiperpigmentación, las líneas de expresión y daños producidos por la exposición al sol.
- Ácido tartárico: se extrae de las uvas y plátanos, entre otros. Tiene propiedades antioxidantes, ayuda a aclarar la piel y reducir manchas solares. Al igual que el ácido málico, funciona mejor en conjunto con otros ácidos más fuertes.
- Ácido láctico: este proviene de la leche agria. Posee los mismos beneficios que el ácido glicólico, pero actúa de forma más lenta, ya que su tamaño molecular es mayor. Añade hidratación y luminosidad a la piel. Es común encontrarlo en productos hidratantes destinados a tratar la piel seca.
Recomendaciones de uso
A la hora de elegir qué AHA usar, lo mejor es optar por uno que se adapte a las necesidades de tu piel y comenzar con concentraciones bajas a través de un uso progresivo para evitar efectos secundarios como irritaciones en la piel.
Al aplicarlo, si apenas comienzas con su uso, debes dejarlo actuar sin aplicar ningún otro producto durante al menos 5 minutos, ya que, si agregaras otro producto con un pH superior, los ácidos no serían eficaces. De todas formas debes seguir las instrucciones que indica el fabricante del producto.
También debemos tener en cuenta que, al utilizar estos ácidos, sus propiedades exfoliantes dejan a nuestra piel desprotegida, por lo tanto, será necesario acompañar su uso con protección solar alta. Por esto, también, es mejor aplicarse estos productos por la noche, sin frotar la piel y evitando el contacto con los ojos y los labios.
Al principio, lo más recomendable es que los utilices una vez por semana, para observar cómo reacciona tu piel. Puedes aumentar la frecuencia si notas que todo va bien.
También es recomendable que introduzcas un ácido a la vez. Si decides utilizar más de uno, puedes incorporarlos con una diferencia de un mes para evaluar la tolerancia que tienes en tu piel.
Recuerda que una cosmetóloga está capacitada para utilizar estos productos y realizar protocolos específicos para cada piel. Te recomiendo acudas a una y tu piel lucirá más saludable y luminosa.
Ahora que ya conoces un poco más sobre estos ácidos naturales es hora de colaborar con la renovación de la piel.
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